jueves, 2 de agosto de 2007

Robos, sañas y complicidades

Continúa en La Plata el juicio al cura represor Von Wernich, que está acusado por su participación en 7 homicidios, 31 torturas y 42 privaciones ilegales de la libertad, delitos cometidos en seis campos de concentración del denominado "Circuito Camps": Arana, la Brigada de Investigaciones y la Comisaría 5º, todos del partido de La Plata, así como "Puesto Vasco" (en Bernal), el "Pozo de Quilmes" y el COT 1 de Martínez.


Los testigos que declararon hasta ahora han confirmado el desempeño de Von Wernich en la represión, que éste los visitaba e intentaba sacarles información, que tenía relación con las familias de los detenidos-desaparecidos y que no le era ajena la situación de que se vivía: que existía la tortura, las vejaciones, los asesinatos.
Los testimonios también confirmaron algunos de los nombres de los represores que formaban parte de los centros clandestinos de detención mencionados, como Norberto Cozzani, Darío Rojas, Tobiano Fernández y Rousse, entre otros.
En la declaración de Silvia Banjul, Isdoro Graiver y Lidia Brodsky de Graiver, todos pertenecientes al grupo económico Graiver, y que compartieron el cautiverio con Jacobo Timerman, quedó claro el ensañamiento especial con ellos por ser judíos.
Osvaldo Papaleo, que también declaró por el caso Timerman, dijo además que: “Von Wernich siempre dio muestras de conocer bien lo que habíamos declarado antes bajo torturas”. “Era evidente que el cura era un interrogador, un agente de inteligencia que tenía un rol específico y que formaba parte de lo que yo llamo ‘cuerpo colegiado de la tortura’, en el que cada uno de los represores cumplía su rol”,
Otro elemento de importancia en la declaración de Papaleo, es la acusación directa a la Revista Somos y a la Editorial Atlántida de la familia Vigil como colaboradores de la dictadura militar. El testigo manifestó haber leído declaraciones de su hermana Lidia Papaleo en la revista Somos, al momento de estar ella secuestrada (abril de 1977). El hecho provocó que Osvaldo Papaleo enviara un telegrama a la Editorial Atlántida solicitando que se rectifique, y esa misma noche fue detenido por el Ejército y llevado a Puesto Vasco. Sobre el hecho, Papaleo manifestó que Darío Rojas (uno de los responsables de las torturas en Puesto Vasco) le dijo “tu problema empezó cuando mandaste este telegrama”, el mismo que él había enviado a la editorial Atlántida y que en ese momento el represor tenía en su mano.
Un testimonio importante fue el de Rodolfo Iacarino, empresario del campo de Santiago del Estero al que detuvieron con toda su familia con el objetivo de despojarlos de todos los bienes, que hasta hoy no han recuperado. Iacarino contó que una vez trasladado a la sede Avellaneda de la Brigada de Lanús de la Policía Bonaerense, y como parte de las operaciones cotidianas de las fuerzas represivas, lo obligaron a firmar unos papeles donde entregaban varias de sus propiedades, las que hasta el día de hoy no recuperaron. “Todo fue una maniobra para desapoderarnos de los bienes”, confirmó Iacarino, quien además mencionó que en la Brigada con sede en Avellaneda estuvo durante esos días de 1976 el Juez Federal Leopoldo Russo y su secretaria, la Doctora Aparicio.
Como si todo esto fuera poco, el periodista español Vicente Romero, reveló que en 1983 le realizó una entrevista al General Ramón Camps quien le mostró un informe con cifras y datos muy precisos sobre cadáveres encontrados, muertes producidas en enfrentamiento, eliminación de detenidos y enterramientos de nn. Infore que según el propio Camps, fue entregado al Vaticano por nuncio apostólico en nuestro país.
Según dijo Romero Camps hablaba de Von Wernich como “estrecho colaborador y amigo suyo, como su apoyo moral, quien era fundamental para poder tener la ‘conciencia tranquila’”. Y justificaba todas las atrocidades cometidas por la Dictadura, con el argumento de la salvación de los principios “occidentales y cristianos”. Otro tema sobre el que hablaron con Camps fue sobre la colaboración de civiles y de los aportes económicos a los intereses de la Junta Militar: “La justicia argentina aún no ha entrado en averiguaciones de empresas o entidades civiles y económicas en sociedad con los militares, como así también el rol de las grandes empresas ya constituidas en el país, como la Ford, la Mercedes Benz, etc., empresas que hoy se lavan la cara organizando organismos de derechos humanos pero que en otra época colaboraron con la Dictadura”.
Desde el CADHU y como integrantes de Justicia Ya! La Plata vemos la necesidad de aclarar que si bien todo lo que se avanza con este juicio es muy importante, siguen sin ser los juicios que queremos. Exigimos que se juzgue por Centro de Detención o por Circuito Represivo a TODOS los represores que lo integraron, y no a cada represor individualmente y haciendo una sumatoria de casos, sino en el contexto de un genocidio, lo que permitiría acelerar los tiempos, evitar que las víctimas pasen una y otra vez a relatar las mismas y terribles experiencias y, fundamentalmente, conseguir el castigo a todos los genocidas por todos los compañeros.

Juan Bonatto Seoane. CADHU La Plata, integrante de Justicia Ya!

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